viernes, 4 de diciembre de 2009

Una oración de Adviento

La siguiente oración se la puede rezar especialmente en este tiempo.


¡Ven, Señor!
El mundo te necesita y necesita tu promesa;
necesita que tus palabras nos instruyan en lo
hondo del corazón y nos muestren los caminos de la
paz.

Sin ti nuestro pobre mundo sólo conocería la prepotencia
y los senderos insensatos de las incomprensiones,
de las divisiones y de la violencia.

Pero si tú vienes a instruirnos,
veremos el nacer de una nueva humanidad,
una humanidad capaz de mirar a lo alto y caminar
sin prevaricaciones y en solidaridad hacia un centro de
atracción común.
¡Ven, Señor!

Ilumina nuestras pasos con tu luz y fortalece
nuestros corazones, para que tengamos la osadía
de forjar podaderas de las lanzas y arados de las espadas.
Sólo con tu amor podremos emplear para el bien
las energías que tenemos en vez de la fuerza terrible de
laceración y disgregación.

¡Ven, Señor, no tardes!
¡Ven, Señor!

Esperamos tu venida en nuestras vidas;
contigo tenemos luz, curación, paz.
Te manifestamos la admiración y gratitud
por haberte hecho compañero de viaje y nuestro
huésped
Amén.

Agradecimiento: para Ani Alvarez de Resistencia que nos pasó esta oración.




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