Querida Madre del Señor y Madre nuestra:
Con alegría peregrinamos a tu santuario.
La fe providencial del Padre Kentenich
te motivó a construir una casa en Schoenstatt.
A la sombra de tu Santuario surgió una familia,
un nuevo camino espiritual en
y un carisma para nuestro tiempo.
Llenamos las vasijas del santuario
con nuestros dones:
Con el agradecimiento y la entrega,
con el arrepentimiento y el anhelo.
Te pedimos con cada paso de nuestra peregrinación:
Aviva nuevamente en nosotros
el fuego del amor a ti,
a la familia y al Padre Kentenich.
Danos fuerza para plasmar
una cultura de Alianza en nuestro mundo,
edúcanos para ser tus misioneros de este siglo.
“Tu Alianza, nuestra misión”.
1. ¿Porqué quiero agradecer hoy?
2. ¿Qué entrego hoy en la vasija?
3. ¿Qué gesto misionero tuve hoy?