miércoles, 15 de abril de 2009

Sagrarios Vivos


Se presenta a continuación la explicación sobre el ideal de la Rama de Mujeres Profesionales.


Para la Rama de Mujeres Profesionales el Ideal es ser SAGRARIO VIVO y el mismo está profundamente vinculado a la imagen de María. Ella fue el primer Sagrario, portadora durante nueve meses de Cristo.
En la figura de María y en dos momentos fundamentales de su vida encontramos aquello que el Padre Fundador nos dejara como definición del ser femenino: RECEPTIVIDAD OBSEQUIOSA.
La receptividad se nos presenta en la escena de la Anunciación, allí María en íntimo encuentro de oración, vinculada profunda y filialmente al Padre, recibe el mensaje del Angel, que será su misión. Es momento de interioridad, de apertura receptiva al querer del Padre, y en esa intimidad que comprende o no los designios de Dios, María da su sí filial.
Ese momento permite la encarnación del Verbo, es el comienzo de la misión co-redentora de María, el inicio del Magníficat.
Obsequiosa, es darse, es el otro extremo de este equilibrio de tensiones de la identidad femenina: acoger y darse. Tras recibir el mensaje del Angel y dar su sí, María sale presurosa para atender a su prima Isabel. La escena es la de la Visitación.
Junto al mensaje que la confunde y alarga por escogida como hija predilecta del Padre, recibe también la comunicación de que su prima también está esperando un hijo. María no se queda ensimismada en su propio yo, deleitándose o merodeando en preocupaciones sobre su destino, sino que se descentra de sí misma, advierte que otro puede necesitarla y sale presurosa a servir.
Estas dos imágenes, Anunciación y Visitación, son permanentemente trabajadas en la Rama de Mujeres de Schoenstatt. Ellas dan cuenta de esos dos polos de tensión, receptividad-obsequiosa, que también se trabajan en dos movimientos respecto de las puertas del Sagrario: cerrado- abierto.
Sagrario cerrado, momento de intimidad, de interioridad, donde la hija se descubre amada, preferida del Padre, filialidad sencilla. Dentro del Sagrario está Cristo, el Hijo perfecto del Padre, la interioridad también nos permite el encuentro con El, con su misión para sumarnos como Colaboradoras para forjar un nuevo mundo, con el rostro de Cristo.
Sagrario abierto, momento de salida de una misma, para llevar a Cristo al mundo, como María en la Visitación, levantamos la mirada, observamos a nuestro alrededor, la porción del mundo que Dios Padre nos ha entregado como misión, mi familia, mi mundo laboral, el mundo de la cultura en que me muevo, la Rama, el Movimiento, mi Parroquia, en fin el universo personal de los vínculos, y hacia él salimos, desde las puertas abiertas del Sagrario. Es el obsequio, la entrega de nuestros dones, que son nuestros talentos, nuestra personal forma de ser y amar que se regala al mundo.
Nada nos ha sido dado para guardarlo, solo un ámbito personal reservado virginalmente para la intimidad profunda con Dios, lo demás es para entregarlo y la Rama ha trabajado esta entrega desde diferentes notas ó carismas: MATERNIDAD-FRATERNIDAD-COMPAÑERA DE CRISTO, TODO CORONADO EN LA MUJER REINA, VICTORIOSIDAD QUE NOS GARANTIZA LA VIDA VIVIDA EN ALIANZA DE AMOR.
Cada día el Padre nos corona, a cada una, tal vez de los añicos de la vida cotidiana, donde nada parece haber valido la pena, El hace una corona que deposita amorosamente sobre la cabeza de cada una de sus hijas, que se sabe pequeña, filialmente dependiente del amor del Padre. En esa fuerza la hija se torna victoriosa, elegida para hacer de su mundo próximo su tierra de apostolado, la porción que le ha sido confiada. Nutriéndonos en la historia de la Familia y la Rama Internacional y con los aportes originales de cada comunidad de nuestro país, surgió el perfil de la mujer profesional schoenstattiana que intenta renovar el mundo del trabajo y de la cultura, asumiendo la misión de ser SAGRARIOS VIVOS COMO María en Nazareth, que en el momento de la Anunciación conoció el amor misericordioso del Padre Dios por ella y por su pueblo y en sencilla intimidad filial escuchó y aceptó su voluntad, viviendo la fe práctica en la Divina Providencia en renovada Alianza de Amor. María con su actitud virginal vivió su misterio personal en pertenencia libre y voluntaria a Cristo cultivando su riqueza interior en íntima vinculación con El siendo capaz de una donación gozosa y de trasparentar la huella de Dios en Ella.
Esta dimensión de intimidad y receptividad femenina se complementa con una segunda dimensión, la actitud de María a partir de la Visitación y acompañando la vida de Cristo. Su actitud fraterna, reconoce la realidad, advierte las necesidades de los hombres y da una respuesta comprometida, solidarizándose responsablemente por ellos como Iglesia en una sociedad pluralista. Vive su ideal con una actitud maternal y capacidad de sacrificio sirviendo desinteresadamente a la vida, personalizando para crear Familia y fortalecer los vínculos entre Dios y los hombres. Con su actitud fiel de mujer compañera y colaboradora de Cristo en la Redención está llamada hoy a ser alma de la cultura, protagonista de la historia para forjar un nuevo orden social. La armonía y la vida sustentada en estas dos dimensiones nos regalará la victoriosidad de la mujer dueña de sí misma que se educa en la conquista de una sana vinculación a las personas y a las cosas, imagen de María Reina.




AGRADECIMIENTO: a la Hna María Sofía por esta información sobre el ideal de la rama.
A Cris por la foto tomada en el Santuario de Paraná.

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