lunes, 30 de noviembre de 2009

ADVIENTO - Capítulo 2: EL SILENCIO


La actitud del silencio nos lleva a contemplar a María en la Anunciación, dónde Ella se convierte en Sagrario Vivo.

“Cuantas veces en estos silenciosos días de Adviento nuestros pensamientos se deslizan al momento de la Anunciación: Dios pide una respuesta afirmativa a una niña virginal, enviándole a uno de sus ángeles, a un arcángel después de haber sido dado ese “sí “ incondicional, Dios da a María algo de su fecundidad, en la medida que es posible darlo a una creatura el Espíritu Santo forma a Jesús, quien, como nuevo Adán baja al seno virginal, a esa tierra pura, sagrada que fue para El un paraíso terrenal.” ( “María Si fuéramos como Tú”, J.K. pág.79.).

No podemos imaginarnos la escena de la Anunciación, sin contar con el silencio de María, la primera actitud para recibir la palabra es el Silencio.

Cuando uno se dirige al otro con la palabra, lo mínimo que espera es el silencio, pero el silencio que queremos cultivar en este tiempo es diferente se trata del silencio del corazón. Se trata de tener la actitud de escucha, de estar abiertas como lo estuvo María.

Esta actitud de escucha, significa tomarse un tiempo y dejar de correr, serenar el corazón y acercarse al Sagrario y permanecer en silencio un rato, dejando sólo que el Señor me hable.

En este silencio, me abro a los deseos del Padre aunque sean causas segundas las que me estén manifestando estos deseos: personas con las que trabajo, amigos, mi propia familia, o circunstancias o situaciones difíciles que me tocan vivir….


SERÍA BUENO PODER CONTESTAR LAS SIGUIENTES PREGUNTAS

¿Qué sí me está pidiendo Dios?

¿Me he preguntado frente a algo que tenga que decidir, cuál es su voluntad..?

Fuente: Hna María Sofía.
Foto: Anahí de San Luis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario